Offspring sex ratio of introduced red deer in Patagonia, Argentina, after an intensive drought

Red deer (Cervus elaphus) introduced to Patagonia have reached high densities in the forest-steppe ecotone. Drought conditions during 1998/99 were suspected to impact subsequent reproductive performance. Necropsies of 50 adult females during the 1999 winter revealed lowered pregnancy rates and lactation in 32% of non-pregnant as opposed to 0% among pregnant females. There were no signs of fetal resorptions or abortions. The fetal sex ratio (20m:8f) deviates significantly from unity, and mothers with female or male fetuses averaged 6.7 and 5.2 years, respectively (P = 0.14). However, 90% of primiparous females (2.5 years old) had males, the following age class had all females, the middle age class (5–8 years old) had all males, and older females had equally male or female fetuses. These females were at borderline of body condition allowing conception and thus were at extremely low levels of condition during breeding. The male-biased fetal sex ratio contrasts reports of other studies that only females in best condition tend to have male-biased offspring. However, ambivalent results from other studies may stem from not having evaluated body fat reserves and reproductive tracts, or studies done during environmental conditions not extreme enough. The present results also indicate that red deer populations occur at densities where they can easily become food-limited through a singular environmental phenomenon such as a drought. Although recruitment rates would be drastically reduced through such temporary food shortage, red deer will recuperate rapidly and will continue to exert intensive pressure on the flora causing subsequent damage if population densities are not lowered through hunting.


La proporción de sexo fetal del ciervo colorado introducido en la Patagonia, Argentina después una sequía intensa. El ciervo colorado (Cervus elaphus) introducido en Patagonia ha alcanzado densidades altas en el ecotono de bosque-estepa. Se sospecha que la sequía de 1998/99 tuvo un impacto sobre la reproducción. Las necropsias de 50 hembras adultas durante el invierno 1999 revelaron una tasa de preñez reducida y lactación en 32% de hembras no-preñadas versus 0% en las preñadas. No hubo indicaciones de reabsorciones o abortos. La proporción de sexo fetal (20m:8h) difirió significativamente de la unidad, pero la edad de las madres con fetos machos o hembras no difirió, con promedios de 6.7 y 5.2 años, respectivamente. Sin embargo, el 90% de hembras primíparas (de 2.5 años) tuvo machos, la siguiente clase de edad tuvo todas hembras, la clase mediana (de 5–8 años) tuvo todos machos, y las hembras de mayor edad tuvieron igualmente fetos de ambos sexos. Estas hembras tuvieron una condición física mínima que permitió la concepción y por lo tanto una condición extremamente baja durante la brama. La mayor proporción de fetos de sexo macho se opone a resultados de otros estudios en los cuales se concluyó que solamente las hembras de mejor condición física tienden a tener más crías machos. Sin embargo, conclusiones ambivalentes de otros estudios podrían ser resultado de la no evaluación de la condición física o el tracto reproductivo, o de estudios bajo condiciones ambientales no suficientemente extremas. El presente estudio muestra además que las poblaciones del ciervo colorado se encuentran en densidades tales que fácilmente pueden estar sujetas a una limitación nutricional por un fenómeno ambiental tan singular como el de una sequía puntual. Aunque la tasa de reclutamiento baja drásticamente por la escasez de comida, el ciervo colorado se recupera rápidamente y continúa ejerciendo presión intensiva sobre la flora si no es controlado a través de la caza.