Evidence of a shark attack on a West Indian manatee (Trichechus manatus) in Puerto Rico

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West Indian manatees (Trichechus manatus) are generally considered to have no natural predators. Based on overlaps in habitat use, the likelihood exists of opportunistic attack by large predators. On 19 May 2001, an adult manatee was recovered from Loíza, in northeastern Puerto Rico with signs of injuries, respiratory distress and diving  difficulties. The animal died during the rescue attempt, and a necropsy revealed two healed scars in the animal’s peduncle. One crescent-shaped, healed, depigmented, and depressed, and the other, a small dark gray, semi-arched mark, opposite to the first. Based on this, we attributed these scars to a shark attack. External and internal gross examination demonstrated that the difficulty in diving and distressed breathing were the result of severe gas distention and impaction in the distal colon. It is plausible that the attack may have resulted from a preexisting condition, which prevented the manatee from evading the shark attack. Manatees in Puerto Rico share coastal habitat with 12 species of sharks. Of these, possible culprits for the shark attack on this manatee could be the tiger shark (Galeocerdo cuvier), and the bull shark (Carcharhinus leucas). Sharks are confirmed predators of the dugong (Dugong dugon), but evidence of shark predation on the West African manatee (Trichechus senegalensis) and Amazonian manatees (Trichechus inunguis) is inconclusive. No evidence suggesting antemortem attacks of sharks have been recorded for manatees either in Florida or the Caribbean. Thus, this is the first confirmed record of an antemortem shark attack on a West Indian manatee.


Evidencia de un ataque de tiburón a un manatí de las Indias Occidentales (Trichechus manatus) en Puerto Rico. Se considera que los manatíes de la Indias Occidentales (Trichechus manatus) no tienen depredadores naturales. Sin embargo, debido a que comparten hábitats, existe la posibilidad de ataques oportunistas por depredadores de gran tamaño. El 19 de mayo de 2001, un manatí adulto fue recuperado en Loíza, en el noreste de Puerto Rico con señales de heridas, respiración dificultosa y problemas de flotación. El animal murió durante el rescate y una necropsia reveló dos cicatrices en el pedúnculo del animal: una en forma de media luna, sin pigmento y hundida y la otra, una marca gris oscura, semi-arqueada, pequeña y opuesta a la primera. Basado en esto, atribuimos estas cicatrices a un ataque de tiburón. La examinación externa e interna demostró que los problemas de flotación y respiración eran resultado de una distensión severa de gas e impactación en el colon distal. Es posible que el ataque haya sido resultado de una condición preexistente que evitó que el manatí evadiera el ataque de un tiburón. Los manatíes en Puerto Rico comparten hábitat con 12 especies de tiburones. De estas, el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) y el jaquetón toro (Carcharhinus leucas), podrían ser responsables del ataque aquí detallado. Los tiburones son depredadores confirmados del dugón (Dugong dugon), pero las evidencias de depredación de tiburones al manatí del oeste de África (Trichechus senegalensis) y al manatí amazónico (Trichechus inunguis) son poco concluyentes. No se ha registrado ninguna evidencia que documente ataques de tiburón ante mortem en manatíes en la Florida o el Caribe. Por tanto, este es el primer informe confirmado de un ataque de tiburón ante mortem a un manatí de las Indias Occidentales.