How many species of grey foxes (Canidae, Carnivora) are there in southern South America?

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Two species of grey foxes are recognized in the Southern Cone of America: Lycalopex griseus, and L. gymnocercus, which were traditionally separated by size and some cranial differences. Morphometric analyses of the skull showed that both species could be the same and that they show clinal variation, while DNA studies based on one mitochondrial marker suggested that they belong to different species. Our objective is to evaluate the systematic status of these foxes using three mitochondrial markers (cytochrome B, cytochrome oxidase I, and control region), and a large sample covering a wide geographic range. The results indicate that there are two clades, that are not sister taxa, a finding that is more congruent with the hypothesis of two species, but their geographic distribution is not coincident with the accepted distribution of L. griseus and L. gymnocercus. Consequently, the distribution of L. griseus is extended eastern including north and center of Argentina, towards the west and south of the Paraná, Paraguay and Río de la Plata rivers. On the other hand, the clade that probably represents L. gymnocercus is restricted to the east of those rivers, except for a few specimens collected in Santa Fe, close to the Paraná river. However, an analysis of a wider sample using nuclear DNA is needed to confirm the taxonomic identity of these species of grey foxes.


¿Cuántas especies de zorros grises (Canidae, Carnivora) hay en el sur de Sudamérica? Dos especies de zorros grises se reconocen en el Cono Sur de América: Lycalopex griseus y L. gymnocercus, que tradicionalmente estaban separadas por tamaño y algunas diferencias craneales. Análisis morfométricos del cráneo mostraron que estas especies podrían ser una sola que muestra variación clinal, mientras que estudios de ADN basados en un marcador mitocondrial sugirieron que pertenecen a especies diferentes. Nuestro objetivo es evaluar el estado sistemático de estos zorros utilizando tres marcadores mitocondriales (citocromo B, citocromo oxidasa I y región control) y una muestra grande que cubre un amplio rango geográfico. Los resultados indican que hay dos clados, que no son taxones hermanos, un hallazgo que es más congruente con la hipótesis de dos especies, pero su distribución geográfica no es coincidente con la distribución aceptada de L. griseus y L. gymnocercus. Consecuentemente, la distribución de L. griseus se extiende hacia el este, incluyendo el norte y centro de la Argentina, hacia el este y el sur de los ríos Paraná, Paraguay y Río de la Plata. Por el otro lado, el clado que probablemente representa a L. gymnocercus está restringido hacia el este de esos ríos, excepto por algunos especímenes colectados en Santa Fe, cerca del río Paraná. Sin embargo, se necesita un análisis de una muestra más amplia que utilice ADN nuclear para confirmar la identidad taxonómica de estas especies de zorros grises.

Monitoreo de zorros colorados (Pseudalopex culpaeus) y grises (Pseudalopex griseus) en Patagonia: diseño y comparación de dos métodos alternativos

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Desarrollamos y comparamos dos programas de seguimiento de poblaciones silvestres de zorros a partir de dos metodologías alternativas para estimación de abundancia relativa, un índice basado en las visitas a las estaciones de cebado y otro en el recuento de signos en cuadrículas. Los programas de seguimiento se desarrollaron para detectar una disminución del 50% de la población inicial de zorros, para tres niveles de α alternativos (0.05, 0.10 y 0.15), dos plazos temporales (5 y 10 años, y una tasa anual de 12 y 6.7% de disminución, respectivamente) y según esfuerzos de muestreo variables: recorriendo las cuadrículas una o dos veces por año, o repitiendo una o dos veces al año la activación de un número creciente de estaciones de cebado y revisándolas durante solo una noche, dos noches o tres noches consecutivas. El número de cuadrículas a recorrer para alcanzar una potencia del 80% en cada situación hipotética planteada (entre 30 y 50 cuadrículas) fue similar para un programa de seguimiento basado en el número de signos por unidad de esfuerzo (I1) o en la inversa del tiempo transcurrido hasta el primer hallazgo (I2). En el caso de las estaciones de cebado, solo fue posible detectar una disminución del 50% con una potencia del 80% en las poblaciones de ambos zorros en cinco años, si se activan 18 líneas de 6 estaciones cada una dos veces al año y se revisan durante tres noches consecutivas. En cambio, si el plazo del programa de seguimiento se fija en 10 años el esfuerzo de muestreo para alcanzar una potencia similar se reduce a 16 líneas, que deberán activarse solo una noche y una vez al año. Para ambas estimaciones de abundancia propuestas, un programa de seguimiento a 10 años requiere de esfuerzos económica y logísticamente accesibles a las autoridades de gestión de un área protegida. Se discuten ventajas y desventajas de cada uno de los programas y se proponen alternativas para incrementar la información que se puede obtener a partir de cada uno de ellos, útiles a la conservación de los zorros y otras especies de la fauna silvestre dentro y fuera de áreas protegidas.


Monitoring Culpeo (Pseudalopex culpaeus) and Gray foxes (Pseudalopex griseus) in Patagonia: design and comparison between two alternative methods. We developed and compared two alternative monitoring programs for wild foxes in Patagonia. Monitoring programs were based on two methods to estimate relative abundance, one on square plot survey (sign searching) and the other on bait station visits. To detect a 50% decrease from the current population abundance, we used three increasing α levels (0.05, 0.10, and 0.15), two time intervals (5 and 10 years, -12% and -6.7% annually, respectively) and variable sampling effort: surveying plots or activating an increasing number of bait stations once or twice a year, and operating bait stations during one, two or three consecutive nights. Sample size needed for the plot survey (30 to 50 plots for 80% power) was similar whether we based our monitoring on the number of signs per unit effort (I1) or the inverse of the time needed to find the first sign (I2). Eighteen lines of six bait stations each and operated twice a year during three consecutive nights were needed to detect a 50% population decline in five years with 80% power. This is a very high sampling effort. However, to detect the same population decline in 10 years, only 16 lines need to be activated once a year for only one night. Monitoring programs based on either of the methods tested to estimate relative abundance and aimed at detecting a 50% decline in the next ten years demand affordable sampling efforts by conservation authorities in a protected area. We discuss some advantages and pitfalls of each program. Finally, we suggest ways to monitor species other than foxes during surveys.